El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró que la recesión podría evitase luego de una conversación con el exsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, quien ve una posibilidad significativa de que el país se encuentre luchando contra la estanflación.
“Hablé con Larry Summers esta mañana y no hay nada inevitable en una recesión”, dijo Biden a los periodistas el lunes en Rehoboth Beach, Delaware. “Creo que podremos lograr un cambio en Medicare y una reducción en el costo de la insulina”,añadió.
La Casa Blanca y los demócratas del Congreso están en conversaciones sobre una legislación que apunta a combatir la inflación, controlar el déficit y revivir partes de la agenda de Biden. Los contornos de un posible acuerdo se siguen negociando, pero el paquete probablemente incluiría limitar el precio de la insulina, un medicamento clave para los diabéticos, e inversiones federales tanto en energía limpia como en combustibles fósiles, dijeron la semana pasada personas informadas sobre las conversaciones.
También reduciría aún más el déficit presupuestario y aumentaría los impuestos para los más ricos, las corporaciones o ambos, dijeron.
Los demócratas están desesperados por una respuesta política a la inflación, que está en su punto más alto en cuatro décadas y, a menos que se controle, es casi seguro que les cueste el control de la Cámara, el Senado o ambos en las elecciones intermedias de noviembre.
La gasolina, un componente crítico del presupuesto familiar estadounidense, tiene un precio promedio de US$5 por galón en todo el país, y alcanzó un récord a principios de este mes.
Con la intención de sofocar el aumento en los costos de vida, la Reserva Federal aceleró su campaña de ajuste monetario la semana pasada, ejecutando el mayor aumento de tasas de interés desde 1994. La medida provocó nuevas pérdidas en Wall Street y aumentó las probabilidades de una recesión que solo agravan los problemas políticos de Biden.
Summers, profesor de la Universidad de Harvard y colaborador pagado de Bloomberg Television, criticó a la Fed por no dar cuenta de sus errores y no darse cuenta del daño a su credibilidad después de que los últimos datos de inflación frustraron las esperanzas de que se hubiera alcanzado un récord.
Fuente: La Tercera